Persuasión de Jane Austen
—Perdón, señora, este es su asiento. Y aunque Anne retrocedió al instante negando resueltamente, él no se dejó convencer para sentarse de nuevo. Anne no deseaba más miradas o palabras como aquellas del capitán Wentworth. Su fría cortesía y su ceremoniosa gracia eran peores que cualquier cosa. |