Orgullo y prejuicio de Jane Austen
-[...] si mañana contrajera matrimonio con Bingley, tendría las mismas posibilidades de ser feliz que si pasará un año entero estudiando su naturaleza. La felicidad en el matrimonio es solo cuestión de suerte. El hecho de que los novios se conozcan bien o sepan que sus temperamentos son afines no asegura en absoluto su felicidad.
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