Jaime Sabines
En el saco de mi corazón caben todas las cosas, desde la ignominia a la ternura, desde las uvas de mujeres amadas hasta las corcholatas que me tiran los niños. Cada hora deposita en mi corazón un objeto distinto, y cada vez que extraigo de él un recuerdo sale con sangre. Yo me multiplico incansablemente. Estreno manos y bocas todos los días, cambio de piel, de ojos y de lengua, y me pingo un alma cada vez que es preciso. Desde el amanecer hasta la noche la luz es distinta y se le llama día. Así me llaman Jaime. Pero yo duro también en la oscuridad, más allá del momento impenetrable en que hago recuento de mis estrellas. |