Amante Despierto de J.R. Ward
-¿Quieres que me vaya de aquí? ¿Qué te dé un poco de espacio? El llanto arreció, y al cabo de un rato ella susurró: -Yo te necesito. ¡Dios, si Zsadist había oído bien, que el cielo tuviera conpasión! -Bella, deja de llorar. Deja de llorar y mírame. -Después de un instante ella respiró profundo y se secó la cara. Cuando estuvo seguro de que le estaba prestando atención, Zsadist dijo-: No te preocupes por nada. Te puedes quedar aquí todo el tiempo que quieras. ¿Está claro? Ella sólo se quedó mirándolo. -Mueve la cabeza, para que esté seguro de que me has oído. -Cuando ella lo hizo, Zsadist se puso de pie-. Y yo soy lo último que necesitas. Así que deja de decir bobadas. |