Amante Despierto de J.R. Ward
La angustia la asfixiaba, y lo único que le permitía mantener la cordura era la idea de quedarse en esta habitación y dormir durante varios días con Zsadist a su lado. Él era el frío que la hacía mantenerse despierta. Y el calor que no la dejaba temblar. Era el asesino que la mantenía a salvo. |