Antes de comenzar con la reseña propiamente dicha, al tiempo que encero mi látigo de cuero, antes incluso, de afilar mi retorcida imaginación, no puedo pasar por alto, la envidiable ilusión con la que el autor ovetense...perdooooón, de GIjón ( aún me llevaré el latigazo yo) acerca su obra al lector. Hecho a mano, La duda de Lacabel es de caldo casero, ( bolígrafo y papel) cocido a fuego lento, con mimo, tesón y a buen seguro alguna sidra cuando la paciencia o las musas, pasan al lado oscuro. Y hablando de bandos y de imaginaciones retorcidas, la trama principal es una juguetona vuelta de tuerca entre ángeles y demonios; sí, la eterna lucha, pero con un creador ( el dios de cada cual) para el que todos sus hijos (buenos y malos) son iguales, y por tanto, neutral en la batalla. Al autor le sale un ángel de la guarda muy gamberrete ( cabroncete, si se quiere) capaz de cuestionar y cuestionarse lo divino y humanamente aprendido. Este animal de las letras ( pongamos oso asturiano) no solo escribe bien, sino que decora el particular viaje de nuestro angelito, con bellos escenarios e infinidad de referencias culturales, históricas y filosóficas sin renunciar a algo tan necesario como el buen humor. Reflexionar con una sonrisa es allanar el camino. No contento con su enorme calidad literaria, Llera crea unos personajes a la altura de sus letras: Un Lucifer seductor, pero por su justicia, donde la elocuencia de su discurso, la brillantez de su verbo, y la defensa de la verdad, hará irresistible el infierno. O Marcos, un niño muy especial abstraído en un mundo que solo el contempla y entiende, y donde las deficiencias a ojos de los demás no son tal. Para colmo, porque lo cree necesario, presenta a un Gaudí no al trasluz, sino con las ventanas de su alma abiertas de par en par. Sí, es cierto que he tenido que goglear muchos datos desconocidos, pero esto es un regalo para mi insaciable y ninfómana curiosidad. Lo que para algunos es molestia, para mi es puro placer. Una novela inteligente, bien trenzada, alejada de lo convencional ( ¡¡¡.gracias a dios!!!), muy capaz de levantar de la tumba al mismísimo Torquemada y hacer que cambie de bando. ¡¡.O NO!! Ahora, la duda de Rafael radica en si lo próximo será sidra, horchata o tacto de jabalí. Lo que si es claro es que la siguiente ronda la pago yo. El látigo...tendrá que esperar a otra ocasión. Agradecer a Bernardo el envío de su obra. Comentarla con él ha sido un auténtico placer. + Leer más |