Entre estas paredes de J.L. Berg
—¿Cuál es tu número uno? —preguntó, su mano acariciaba mi brazo trazando círculos. —Ya lo has conseguido —contesté yo, evadiendo la pregunta. —¿Cuál es, Lailah? —Enamorarme —respondí finalmente, mirándole a los ojos con expresión dubitativa. |