El ickabog de J.K. Rowling
La esperanza había abandonado su corazón como el pájaro que abandona un nido saqueado, y aunque las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, procuró convencerse de que ahora su padre estaría en el cielo, con su madre, y se consoló pensando que, como ya no estaban atados al mundo, ambos podían vivir en cualquier lugar, incluido su corazón, y que ella debía mantener vivo su recuerdo como una llama perpetua en su interior.
|