Harry Potter y el prisionero de Azkaban de J.K. Rowling
¡El Grim, querido, el Grim! -exclamo la profesora Trelawney, que parecia extrañada de que Harry no hubiera comprendido-. ¡El perro gigante y espectral que ronda por los cementerios! Mi querido chico, se trata de un augurio, el peor de los augurios... el augurio de la muerte.
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