El cerco de Ismaíl Kadaré
La tienda del intendente general estaba instalada en pleno corazón del campamento, de modo que, al aproximarse, caminaban ahora entre la muchedumbre de soldados que deambulaban en todas direcciones. Algunos, sentados en torno a las tiendas, desempaquetaban la impedimenta, otros se despiojaban sin el menor pudor. Mevla Chelebi recordó que en ninguna de las crónicas se mencionaba esta operación de embalaje y desembalaje que, en ese momento, le parecía que debía ocupar la mitad del tiempo disponible de un soldado. En cuanto al despiojado, no hacía falta ni hablar.
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