Jim en el espejo de Inger Edelfeldt
Porque dos hombres no pueden amarse. Sobre todo, dos hombres no hacen el amor. Es curioso que uno pueda quedarse dormido como un lirón, con un sueño profundo y armonioso, después de una experiencia tan vergonzante. Es curioso que uno no se deshaga después, pálido y ojeroso, marcado para siempre por sus perversiones, sino que se ría, hable y viva como una persona normal. Pero, lo más extraño de todo es que uno tenga incluso la osadía de ser feliz, como si fuese completamente normal. Uno debería realmente avergonzarse.
|