Libro de las canciones de Heinrich Heine
Así, a punto, y siempre en vela, estaré, cual centinela fijo siempre en su lugar; hasta que oiga en feliz día rechinar la artillería y los caballos trotar. Y el Emperador, al frente de su ejército impaciente cabalgará, y al clamor, armado saldré de tierra, y otra vez iré a la guerra, detrás del Emperador. |