LA CRISIS DE LA NARRACION de Han Byung-Chul
La mano que toca ejerce el mismo efecto curativo que la voz que narra. Crea proximidad e infunde confianza. Libera de las tensiones y quita el miedo. Hoy vivimos en una sociedad en la que se evitan los contactos. Tocar presupone la alteridad del otro, que es lo que impide que el otro quede reducido a algo disponible. |