Rebelión en la granja de George Orwell
Estas son algunas de las palabras del viejo comandante: >>Camaradas, ¿qué sentido tiene vivir como vivimos? Hay que reconocerlo: nuestra vida es desgraciada, laboriosa y corta. Nacemos, nos dan solo la comida necesaria para seguir respirando, y a los que estamos en condiciones de hacerlo nos obligan a trabajar hasta el último aliento, y en el instante en el que nuestra utilidad llega a su fin se nos sacrifica con una crueldad espantosa. Después de cumplir un año, ningún animal en Inglaterra conoce el significado de la felicidad o del placer. Ningún animal en Inglaterra es libre. En la vida de un animal no hay más que desgracia y esclavitud: esa es la pura verdad. >>Pero ¿se trata acaso de una ley natural? ¿Acaso nuestra tierra es tan pobre? ..>>El hombre es la única criatura que consume sin producir. No da leche, no pone huevos, es demasiado débil para tirar del arado, no corre con rapidez suficiente para atrapar conejos. Sin embargo, es dueño y señor de todos los animales. Los hace trabajar, les devuelve lo justo para que no se mueran de hambre y el resto se lo guarda para sí. Nuestro trabajo labra la tierra, nuestro estiércol la fertiliza, pero ninguno de nosotros posee más que la piel que lleva encima. Vosotras, las vacas que veo ahí delante, ¿cuántos miles de litros de leche habéis dado durante este último año? ¿Y qué ha pasado con la leche que debería haber estado criando a robustos terneros? Se ha ido, hasta la última gota, por la garganta de nuestros enemigos. Y vosotras, las gallinas, ¿cuántos huevos habéis puesto este último año y de cuántos han salido polluelos? El resto ha ido al mercado a producir dinero para Jones y sus hombres. Y tú, Trébol, ¿dónde están los cuatro potros que pariste y que deberían darte apoyo y placer en la vejez? Todos fueron vendidos al cumplir un año, y no volverás a>>Y ni siquiera se permite que la vida miserable que llevamos cumpla su ciclo natural. Yo no me quejo, porque soy uno de los afortunados. Tengo doce años y he sido padre de más de cuatrocientas crías. Tal es la vida natural de un cerdo. Pero al final ningún animal se libra del cuchillo cruel. Todos vosotros, los puercos jóvenes ahí sentados, estaréis chillando dentro de un año, mientras os sacrifican. A ese horror llegaremos todos: vacas, cerdos, gallinas, ovejas y demás. Ni siquiera los caballos y los perros tienen mejor suerte. A ti, Boxeador, el mismo día en que tus músculos pierdan su fuerza, Jones te venderá al desollador, que te degollará y te hervirá para los perros de caza. En cuanto a los perros, cuando envejecen y pierden los dientes, Jones les ata un ladrillo al cuello y los ahoga en la laguna más cercana. »¿No queda claro entonces, camaradas, que todos los males de esta vida nacen de la tiranía de los seres humanos? Con solo deshacernos del hombre, el fruto de nuestro trabajo sería nuestro. Casi de la noche a la mañana ser ricos y libres. ¿Qué debemos hacer entonces? ¡Trabajar día y noche, en la revolución>>Y recordad, camaradas, que no hay que flaquear. Ningún argumento os tiene que desviar del camino. No prestéis nunca atención cuando os digan que el hombre y los animales tienen un interés común, que la prosperidad de uno es la prosperidad de los otros. Mentiras. El hombre no sirve a los intereses de ninguna criatura, salvo a los suyos. Que entre nosotros, los animales, haya una perfecta unidad, una perfecta camaradería en la lucha. Todos los hombres son enemigos. Todos los animales son camaradas.» -No tengo mucho más que decir. Solo repetir que recordéis siempre vuestro deber de enemistad hacia el hombre y su manera de actuar. Todo lo que camina sobre dos patas es enemigo. Todo lo que camina sobre cuatro patas o tiene alas es amigo. Recordad también que, en la lucha contra el hombre, no hay que parecerse a él. Aunque lo hayáis vencido, no adoptéis sus vicios. Ningún animal debe vivir jamás en una casa, o dormir en una cama, o llevar ropa, o beber alcohol, o fumar tabaco, o tocar dinero, o dedicarse al comercio. Todas las costumbres del hombre son malas. Y, sobre todo, ningún animal debe tiranizar a su propia especie. Débiles o fuertes, listos o simplotes, todos somos hermanos. Ningún animal debe matar a otro animal. Todos los animales son iguales. |