La bruja de Ravensworth de George Brewer
La bruja Ramsay era hasta tal punto el terror de los alrededores, en un perímetro de varias millas, que ningún hombre, mujer o niño pasaría cerca de aquella parte del páramo, en cuyos límites estaba su morada, a menos que fuera por absoluta necesidad, o por desconocer el camino. Corría el rumor entre la pobre gente del pueblo más cercano de que la bruja de Ravensworth había llegado invisiblemente a tomar posesión de la choza, que llevaba vacía un gran número de años. La creencia tradicional decía que nadie sabía cómo había llegado hasta allí, ni de dónde venía; que apareció de súbito; que no tenía padre ni madre; que no tenía parientes; que se había dado a sí misma el nombre de Ann Ramsay, pero que nunca se había sabido de otro apelativo por el que fuese llamada que aquel de «la bruja»
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