La mujer de tu prójimo de Gay Talese
... nunca vio que los padres de Hefner perdieran los estribos. Jamás les oyó gritar o llorar, discutir o dar un portazo; tampoco observó señales de afecto, como, por ejemplo, un beso de despedida, una caricia, o una palabra cariñosa. Mildred no creía que esto significara ausencia de amor, sino más bien una fuerte resistencia a expresarlo. |