Eleanor Oliphant está perfectamente de Gail Honeyman
Era un poco más alto que yo y llevaba unas zapatillas verdes, unos vaqueros que le quedaban grandes y una camiseta con un perro durmiendo encima de una caseta, estirado sobre una barriga incipiente. (...) Le tendí la mano para estrechársela, cosa que acabó haciendo si bien con ciertos reparos. Una prueba más de la lamentable decadencia de los modales en la sociedad actual. Me aparté y le dejé sentarse a mi mesa.
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