Yo nena, yo princesa (Luana, la niña que eligió su propio nombre) es el diario en el que Gabriela le cuenta a su hija cómo fueron las cosas desde su nacimiento hasta que -finalmente- le otorgaron el DNI que la identifica legalmente como Luana. En él relata cronológicamente el nacimiento de sus hijos mellizos, su búsqueda cuando da cuenta de que a uno de ellos lo angustia -y enferma- no verse cómo se quiere ver. Habla de sus dudas, de la vida intrafamiliar, del proceso de aceptación, de no aceptación, de los prejuicios, de la burocracia, de los miedos, de los logros. También de cómo buscó ayuda -una y otra vez hasta encontrarla-, de cómo buscó herramientas, de cómo buscó respuestas… de su lucha. La lucha para acompañar el desarrollo de esa criatura que a los cuatro años afirmó ser una nena y llamarse Lulú. Gabriela publicó también Mariposas libres y Yo nena… tiene película (que no vi) pero una amiga que la vio me dijo que se angustió y comparto el sentimiento: fue una lectura que me indignó, me entristeció (y también me alegró cuando leía que Luana era feliz) muchas veces tengo la sensación de que los derechos están expuestos en una vidriera a la que admirar, pero intentar hacer uso/ejercicio de ellos resulta bastante dificultoso (por no decir imposible) igual me quedo con la idea última del libro que ayuda a visibilizar diferentes realidades. Me quedo con las palabras de amor y de apoyo que Gabriela le dedica a Luana para que no se dañe a sí misma, se acepte, se valore, se quiera. + Leer más |