Los años de espera ) de Fumiko Enchi
En este sentido, ya había dejado de ser la esposa que obedece a su marido con una fe incondicional en el criterio de éste, y poco a poco estaba adquiriendo la capacidad de verle con imparcialidad, como si fuese una persona ajena. Carecía de estudios, nunca le habían enseñado a comprender a otro ser humano desde un punto de vista intelectual y por naturaleza era incapaz de actuar dejándose llevar por el instinto. Este rasgo era el único que le había permitido mantener una férrea fidelidad al código feudal de moralidad femenina y considerar como su ideal a la esposa casta a la que no le disgusta ningún sacrificiio por su marido y su familia. Pero ahora experientaba una inequívoca desconfianza el código que había sido su credo indiscutido.
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