Los años de espera ) de Fumiko Enchi
Pese a que Shirakawa demostraba apreciarla como si fuera una joya singular, la sensación de que la habían robado, de que era una cautiva, embargaba todavía el corazón de Suga, por lo que su belleza, aunque a ella le pasara desapercibida, era una belleza ensombrecida, como la de las flores de cerezo en un día nublado.
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