La formación de una marquesa de Frances Hodgson Burnett
Poco dada a cruzar puentes antes de alcanzarlos, nunca había contemplado la temible posibilidad de que le arrebataran su refugio. No había pensado que no tenía otro lugar sobre la tierra. En ese mismo instante, mientras caminaba entre brezos calentados por el sol y el rumor armonioso y cansino de las abejas, cayó en la cuenta con un repentino sentido de la realidad. Su alma cobró conciencia y sus ojos rebosaron de lágrimas que rodaron por sus mejillas.
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