El jardín secreto de Frances Hodgson Burnett
Uno de los descubrimientos más extraordinarios de este siglo ha sido el que los pensamientos son tan poderosos como las pilas eléctricas, tan buenos como la luz y tan peligrosos como el veneno. Si permitimos que un pensamiento triste o malo se introduzca en nuestra mente es tan arriesgado como dejar que un virus se apodere de nuestro cuerpo. Si se le permite quedarse, es posible que no podamos desprendernos nunca más de él.
|