Las cinco vidas del traductor Miranda de Fernando Parra Nogueras
JOSEPH. LLAMÉMOSLO ASÍ DE MOMENTO, porque debe agarrarse a ese nombre para su propia supervivencia y no seremos nosotros quienes lo delatemos; llamémoslo, sí, Joseph, porque, ¿acaso este hombre despojado de todo lo que ama, expoliado de todo aquello que definía la esencia de su persona, desvalijados su trabajo, su libertad, sus sueños y proyectos, puede llamarse ya como solía cuando su mundo aún no se había desmoronado?
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