Una tesis. El derecho a no obedecer: La polémica, escritos del juez y el litigante y reflexiones sobre el oficio del abogado de Fernando González
[...] hoy los gobernantes son hombres como todos, sujetos a engaños y generalmente representantes de las pasiones más exageradas. Las sociedades han salido ya de la menor edad; son capaces de ejercer muchas de las funciones que antes tenía el representante divino. Eso de querer intervenir los representantes en todos los fenómenos sociales es una pretensión descaminada. Las leyes naturales rigen la vida actual y las leyes humanas no son otra cosa que obstáculos, cuando van en oposición con aquéllas, como sucede generalmente. El papel del Estado debe reducirse a la administración de justicia y a la conservación del orden interior y exterior; y puede afirmarse que vendrá un tiempo en que esto no sea necesario, en que sea una realidad la anarquía.
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