Aquitania de Eva García Sáenz de Urturi
Su mano derecha guardó silencio, hasta él estaba impresionado. El niño era incapaz de moverse, no había creído posible que un hombre de la nobleza del duque hubiera participado en tamaña salvajada.
|
Aquitania de Eva García Sáenz de Urturi
Su mano derecha guardó silencio, hasta él estaba impresionado. El niño era incapaz de moverse, no había creído posible que un hombre de la nobleza del duque hubiera participado en tamaña salvajada.
|