El Ángel de la Ciudad de Eva García Sáenz de Urturi
Entré en uno de los salones, un salón de paredes verdes, y allí, a oscuras y a solas, me arrodillé y recité susurrando mi plegaria: «Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía»
|
El Ángel de la Ciudad de Eva García Sáenz de Urturi
Entré en uno de los salones, un salón de paredes verdes, y allí, a oscuras y a solas, me arrodillé y recité susurrando mi plegaria: «Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía»
|