El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
(...) la verdad era que existían unos labios predestinados a otros, dos engranajes creados para trabajar de forma simultánea durante el resto de sus vidas.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
(...) la verdad era que existían unos labios predestinados a otros, dos engranajes creados para trabajar de forma simultánea durante el resto de sus vidas.
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