El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
A la única persona en el mundo a la que no le puedes fallar nunca es a ti misma, y a tus principios
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
A la única persona en el mundo a la que no le puedes fallar nunca es a ti misma, y a tus principios
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Eres bonita, salvaje y natural. Eres belleza en estado puro, solemnidad y armonía. Eres un remanso de paz en el que ansío vivir, y un destello en el cielo que contemplar al morir.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Era oscuridad y luz al mismo tiempo, y me bastó sentir que le perdía para saber cuánto le necesitaba.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Aspiré su aroma y supe que había regresado a mi hogar, el único en el que quería estar.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Sentía que mi vida tenía más sentido que nunca, ahora que él formaba parte de ella; que moría en sus ojos, en sus manos, en todos y cada uno de los besos con los que desnudó y, al mismo tiempo, cubrió mi piel.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Su voz ahora era un susurro embriagador que llegaba a mis oídos como una melodía de piano en las manos del mejor compositor.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
(...) la verdad era que existían unos labios predestinados a otros, dos engranajes creados para trabajar de forma simultánea durante el resto de sus vidas.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
A lo largo de la vida puedes llegar a probar miles de besos, y todos ellos tendrán siempre un sabor diferente. Jamás llegaras a probar uno igual que otro.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Sus ojos me observaban impacientes, enajenados. Supe sin margen de error que había perdido la batalla. Mi corazón le pertenecía, el mismo que ahora latía con fuerza, sin control ni freno, como si se precipitara con pleno conocimiento hacia un precipicio, con un pie ya en el aire.
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El último llanto de los delfines de Estefanía Yepes
Hoy son pensamientos nítidos, mañana tal vez se difuminen los detalles en el recuerdo.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Errar es humano, todos cometemos errores. Pero nosotros mismos somos los que podemos infligirnos un mayor dolor cuando nos sentimos culpables, y eso no nos permite seguir adelante con nuestra vida.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Dicen que cuando deseas algo muy fuerte, con todas las esperanzas puestas en ello, el universo se confabula para que sea posible y tarde o temprano, logres esa meta.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Me parece curiosa la peculiar percepción de la soledad que se puede adoptar según los distintos puntos en los que te encuentras de tu vida. A veces, podías sentirte solo en una sala llena de gente o, como en este instante, en una calle repleta de transeúntes que ni siquiera sabían de mi existencia, a pesar de haberse cruzado conmigo durante unos segundos de su vida. Sin embargo, podía suceder todo lo contrario y junto a una única persona, sentir que no necesitas a nadie más.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Pero la Noa Levy de antes no se hallaba en las mismas circunstancias. No le temía a la muerte, ni había experimentado una pérdida tan fuerte que pusiera en jaque toda su integridad.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Con las prisas que me imponía la vida, por lo visto un día olvidé que nuestro único cometido en ella era ese, el de ser felices y disfrutar de cada instante, de cada caricia.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Todos tememos a la muerte. El único fenómeno que no podemos estudiar. Tratamos de darle explicación, de pensar que existe un más allá, de creer que más que un final, tal vez se convierta en un nuevo principio. Algunos expertos afirman la posibilidad de la reencarnación, otros, el viaje de nuestra alma hacia un paraíso apacible y tranquilo donde solo existe paz y serenidad. Lo cierto es que todos, tarde o temprano, deseamos que sea cual sea, uno de ellos exista porque, si hay algo que da más miedo que la posibilidad de desaparecer del mundo, es la certeza e hacerlo para siempre.
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Álteravita de Estefanía Yepes
- No solo sirvo cañas, Noa. Hago mucho más que eso. A veces escucho y otras, acompaño, pero siempre estoy ahí para los que necesiten. Algún día quizá lo entiendas... Tal vez no tenga un glamuroso despacho con grandes vistas, pero te aseguro que ese bar me da la vida - decía siempre que le sacaba el tema de plantearse alguna otra opción menos sacrificada y con un horario más decente.
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Álteravita de Estefanía Yepes
Suele decirse que las personas, podemos llegar a hacer alarde de una fuerza capaz de desafiar cualquier ley física cuando uno de nuestros seres queridos está en peligro. Sin embargo, existe otro tipo de impulso capaz de provocar una sensación muy parecida: la adrenalina.
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La edad de la inocencia