Montevideo de Enrique Vila Matas
La puerta, decía Cirlot, es una invitación a penetrar en el misterio, lo opuesto al muro, que sería lo masculino. Sus palabras no podían ser más aplicables a mi relación hasta entonces con «La puerta condenada». Y pensé que llevaba toda la razón Cirlot cuando decía que las puertas eran umbral, tránsito, pero también parecían ligadas a la idea de casa, patria, mundos que abandonábamos para luego retornar. |