Hijos sin hijos de Enrique Vila Matas
Y parpadeó. Se quedó mandándome saludos siniestros desde el fondo mismo de su oscura, negra, repugnante conciencia.
|
Hijos sin hijos de Enrique Vila Matas
Y parpadeó. Se quedó mandándome saludos siniestros desde el fondo mismo de su oscura, negra, repugnante conciencia.
|