Compendium Carrère (El adversario, Una novela rusa, De vidas ajenas) de Emmanuel Carrère
Me pregunté lo que Jean-Claude sentiría en su coche. ¿Gozo? ¿Un júbilo sarcástico ante la idea de engañar tan magistralmente a su entorno? Yo estaba convencido de que no. ¿Angustia? ¿Se imaginaba cómo terminaría todo aquello, la forma en que estallaría la verdad y lo que ocurriría a continuación? ¿O bien no sentía nada en absoluto? ¿Se convertía, a solas, en una máquina de conducir, de caminar, de leer, sin pensar ni sentir realmente, un doctor Romand residual y anestesiado? Una mentira, normalmente, sirve para encubrir una verdad, algo vergonzoso, quizá, pero real. La suya no encubría nada. Bajo el falso doctor Romand no había un auténtico Jean-Claude Romand.
|