Un highlander millonario de Emma Winter
—Me pusieron Geneviève como a mi madre, que murió en el parto de mi hermana pequeña, cuando yo solo era un bebé, y como mi abuela, que fue quien me dejó en herencia Maisons D’or. Una empresa prácticamente en ruinas que nos ha costado sudor, sangre y lágrimas sacar adelante. Prometí hacer resurgir el sueño de mi abuela y considero que no podré hacerme llamar Geneviève hasta que cumpla mi promesa.
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