Heroínas sencillas y perversas de Emily M. Danforth
Tal vez los abuelos de Alex se preocuparon hasta la muerte, porque, cuando cumplió los diecisiete años, ambos habían fallecido, uno después del otro. Alex consideró que era el gesto más amable que habían tenido con ella. Cuando sus objeciones desaparecieron de su vida, tuvo la libertad de seguir su propio camino.
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