Norte y Sur de Elizabeth Gaskell
Mientras tanto, su padre, con su amable hospitalidad rural, insistía en que el señor Thorton se quedara a comer con ellos. Le hubiera resultado muy inoportuno aceptar, aunque pensó que habría cedido si Margaret hubiera apoyado la invitación de su padre con una palabra o una mirada. Se alegró de que no fuese así y, no obstante, se sintió irritado de que no lo hiciera. Ella le hizo una gran reverencia cuando se iba, y él se sintió más torpe y cohibido en todo su cuerpo que nunca antes en su vida. |