Otaberra de Elisa Victoria
Le costó aprender que sentir el calor del sol en la cara no la volvía más guapa. Le dolió darse cuenta de que, por el contrario, le favorecía más la sombra. La penumbra oculta, difumina como una media, mientras que el sol, por muy agradable que parezca en pleno invierno, marca de manera fulminante todo lo que en el mundo se considera imperfecto.
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