El salón de pachinko de Elisa Shua Dusapin
El coreano se me fue olvidando a medida que fui aprendiendo francés. Al principio, mi abuelo me corregía. Ahora, ya no dice nada. Nos comunicamos en un lenguaje hecho de palabras simples, inglesas o coreanas, de gestos y de mímicas exageradas. Japonés, nunca.
|