O lo uno o lo otro de Elif Batuman
Había algo en esa escena que me llevó a preguntarme si ese poema, y todos los demás poemas, y el resto del periódico, y probablemente otros periódicos, eran una expresión de sufrimiento que resultaba obsceno imprimir, publicar, distribuir y leer. Bueno, pensé, de eso se trata: no hay que escribir un grito de sufrimiento en crudo. Sería aburrido y autoindulgente. Tienes que disfrazarlo, transformarlo en arte. En eso consistía la literatura. Eso era lo que requería talento y hacía que a la gente le entraran ganas de leer lo que habías escrito, y eso te hacía ganar dinero.
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