Cantar de los Cantares de Eliahu Toker
Ya me he quitado la túnica, ¿volver a vestirla? Ya me he lavado los pies, ¿volver a calzarme? Mi amado apoya su mano en la hendedura y se me estremecen las entrañas. Por mis manos corren jugos exquisitos. Me levanto a abrirle pero ya no está. Mi alma sale tras de él, lo busco y se ha marchado, lo llamo y no responde. Sueño que me encuentran los guardias de la ciudad, que me golpean, me hieren y me quitan el manto los centinelas de las murallas. Oh, hijas de Jerusalén, os conjuro: Si encontráis a mi amado decidle que desfallezco de amor. |