El Deseado de Todas las Gentes: de Elena G. de White
Dios no domina nuestra mente sin nuestro consentimiento; pero si deseamos conocer y hacer su voluntad, sus promesas son nuestras: "Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres". "Si alguno quisiere hacer su voluntad, conocerá de mi enseñanza".
|