Experimento de amor en Nueva York de Elena Armas
—¿Qué necesitas? —dijo depositando un beso en la comisura de mi boca—. Te lo daré, Rosie. La respuesta era tan sencilla, tan obvia, que ni siquiera entendí por qué lo preguntó. Me agarré a él casi desesperadamente y le dije: —A ti. Porque solo lo necesitaba a él. |