Transbordo en Moscú de Eduardo Mendoza
Aquellos eran años de despilfarro en una España enloquecida, que utilizaba el folklore para ocupar su sitio en el concierto universal de las naciones. En cuanto cerraba la Feria de Abril, empezaban los Sanfermines, el verano duraba doce meses y el mundo se asombrara de nuestra capacidad para comer mariscos y tirar cohetes.
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