El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza
recompuso los coloretes de su cara con una cajita oblonga que contenía un espejo y una pelusa polvorienta. Recordé que mi hermana se aplicaba cosmético con un retazo de bayeta y reflexioné que las diferencias sociales se patentizaban en los detalles más baladís o baladíes.
|