Un día entré a una librería y por pura serendipia me encontré con un libro que se llamaba igual a una película que había visto mi generación, esta es la historia de como ese libro fue a parar a mi casa. El libro queda claro que es escrito para niños, y sobretodo para niños de otra época; esto se nota muy claramente en el tono de algunos chistes y en el tinte moralista de lo que el autor quiere dejar impreso en el texto. A veces los capítulos parecieran estar inconexos entre ellos, pues cuentan historias diferentes que le pasan al mismo personaje y que no se hilan entre si; pero de nuevo es algo común en estos libros infantiles. Algo que siempre me he preguntado cuando leo libros de este tipo es: ¿Por qué los papás de todos estos libros son tan frescos con sus hijos? son niños que se pierden siempre durante mucho tiempo, viven la aventura de sus vidas antes de los 12 y vuelven a casa como si nada. Yo a la edad de ellos donde me perdiera me ganaba un regaño fijo como mínimo. Si bien es un texto sencillo, deja muy en claro el valor de las diferencias, de las capacidades que uno u otro puede tener y que esto siempre viene bien a la hora de intentar encajar en el mundo. ¡Más diversidad y menos homogenización del mundo por favor! Dato curioso: El autor, E.B. White; es también el autor de otro libro infantil muy conocido: La Telaraña de Charlotte (1952), ambos libros en 1970 obtuvieron conjuntamente la Medalla Laura Ingalls Wilder, un importante premio estadounidense en el campo de la literatura para niños. + Leer más |