Ética Promiscua de Dossie Easton
Mira si eres capaz de escribir sobre tus sentimientos, o contárselos a alguien de tus amistades, sin echar la culpa a nadie: ni a tu amante, ni al amante de tu amante y, especialmente, tampoco a ti mismo. Este ejercicio no es fácil. Te sorprenderás de lo rápido que cualquiera pasa a culpar a alguien, pero vale mucho, mucho la pena aprender a tener sentimientos sin endosárselos a otra persona.
|