Cuentos europeos de Doris Lessing
No, no, se dijo ella, al imaginar tanta actividad. Era mejor la inerte tristeza. Y de pronto, la infelicidad se apoderó de ella, la tomó por el cuello, y retrocedió quince años atrás, a otro país.
|
Cuentos europeos de Doris Lessing
No, no, se dijo ella, al imaginar tanta actividad. Era mejor la inerte tristeza. Y de pronto, la infelicidad se apoderó de ella, la tomó por el cuello, y retrocedió quince años atrás, a otro país.
|