Cuentos europeos de Doris Lessing
El piso estaba insoportablemente vacío, y volvió a salir y paseó por el canal durante horas para cansarse un poco, y debía de soplar un viento más frío de lo que le pareció, pues al día siguiente se despertó con un inconfundible dolor en el pecho que nada tenía que ver con su corazón roto.
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