El hombre del laberinto de Donato Carrisi
Hay lugares en la faz de la tierra donde las reglas, todas las reglas, sin excepción, están suspendidas hasta nuevo aviso. Lugares donde el mal prospera, sin obstáculos, y la naturaleza secreta de los hombres se puede desatar sin limitaciones. En estos desiertos del egoísmo, la vida y la muerte tienen un valor relativo y el sufrimiento ajeno se convierte en moneda de cambio.
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