Gorilas en la niebla: 19 de Dian Fossey
La conservación de cualquier especie amenazada ha de comenzar con medidas rigurosas para proteger su hábitat natural, descargando todo el peso de la ley contra la invasión humana de los parques y demás refugios faunísticos. También deberían fomentarse sistemas de confinamiento que reemplacen las solitarias jaulas de hierro y cemento por recintos para grupos, más naturales, en vez de gastar energías en adquirir más especies exóticas para su exhibición.
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