Un trago antes de la guerra de Dennis Lehane
Esa violencia de la que has sido víctima te penetra en la sangre, se diluye en ella y corre por tus arterias a través del corazón impregnándolo todo a su paso. Esa violencia nunca desaparece, nunca puedes quitártela de encima, hagas lo que hag.as. Tu única esperanza es llegar a controlarla, esconderla en un lugar seguro, bien apretada dentro del puño, y guardarla allí como un peso constante.
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