Vivir con nuestros muertos de Delphine Horvilleur
No hay maldad en ello, se trata únicamente del primer efecto secundario del afecto humano mejor compartido del mundo: el miedo.
|
Vivir con nuestros muertos de Delphine Horvilleur
No hay maldad en ello, se trata únicamente del primer efecto secundario del afecto humano mejor compartido del mundo: el miedo.
|